Ella...

Estamos sentadas frente a frente, me siento muy incómoda porque sólo ella, nadie más, me conoce bien, soy perfecta falseando sonrisas, pero con ella no, es imposible engañarle, por eso ahora, solo ella, sabe que no me encuentro del todo bien, quizás sea un poco su culpa, si dejara de juzgarme todo el tiempo , no viviría constantemente en una carrera contrarreloj por satisfacer unos estándares salidos de la realidad.

  -Y ahora qué haremos?
  -No lo sé.
  -Cómo que no lo sabes?...Deberías tener un plan.
  -Siento decepcionarte, pero no lo tengo.
  -No lo sientas, no es algo nuevo, toda tu eres una decepción, creo que creas planes en tu mente
  sólo para no cumplirlos.
  -No es así, no es mi culpa, yo traté, simplemente hay cosas que no dependen de mí.
  -Y si no dependen de ti entonces de quién?...Déjame recordarte que se trata de tu vida, si no te
  importa a ti, a nadie más le importará.

No quiero seguir hablando, si alguien por un segundo entendiera que de verdad no era mi intención que mi vida resultara así, dejarían de juzgarme, es suficiente con ella, que me repite todo el tiempo lo mal que están saliendo las cosas, es tan desesperante soportarla, todo el tiempo, mirando alrededor y comparándome, reprochando porque no puedo retener lo que quiero, ni alcanzar lo que deseo, por quedarme a medio camino siempre, por haberla decepcionado, por convertir mi historia de amor perfecto en una historia de horror perfecto, por no ser como ella, la que todo lo tiene, la que está feliz, enamorada, la primera en las clases, la de excelentes notas, la llena de amigos, la que todos los hombres quieren tener, la que todas las mujeres envidian. Anhelaría que entendiera que las cosas cambian, que sin darte cuenta el mundo perfecto, tu burbuja maravillosa estalla, y caes estrepitosamente contra el asfalto, te rajas la cara, el cuerpo, te estallas por dentro. Esta es la realidad, esta en la que el día a veces es azul y otros gris, no rosado, no hay banda sonora de fondo, o tal vez si pero es llena de acordes graves y de notas lentas y amargas. 

Todo el tiempo estoy huyendo, es demasiado agotador y a la vez estúpido, porque vaya a donde vaya ella está ahí, y se ríe una vez más de mi porque no consigo lo que buscaba, porque le doy la razón de que soy un fracaso, porque le doy el permiso de sentirse más que yo. 

Francamente no sé qué pasará, tal vez si soy yo la taciturna, la que últimamente ha decidido hablar menos, la que tiene una sonrisa constante, pero una mirada triste, la que ya sabe la verdad, de lo efímera que es la felicidad y el éxito, de lo estúpido que es planear una vida entera porque lo más probable es que no se ejecutará, de lo triste y a la vez pacífico que es estar solo. Pero lo que ella no sabe, es que soy yo la que se reirá después, la que la mirara con lástima recordando sus estúpidas palabras sobre lo afortunada que es, lo bendecida que se siente, o la tristeza que le da que las personas a su alrededor no puedan sentir lo que ella. Porque en ese momento la conversación mental será diferente y ella por fin entenderá, que somos una sola, y que no la juzgaré porque ya estuve ahí, y sé que hizo las cosas de todo corazón para que su futuro fuera diferente, pero al parecer, eso no era lo que estaba planeando la vida para ella, sólo espero poder decirle...

   -Ana, tranquila, no salió tan bien como esperabas, ni remotamente como esperabas, pero tampoco salió tan mal como lo imaginaste, aquí estamos, logramos salir de eso, estamos bien!

No hay comentarios:

Publicar un comentario