Los domingos...



Después de 11 meses en este lugar puedo decir con tranquilidad, DOMINGO YA NO ME ASUSTAS, y es que al principio los malditos domingos eran lo peor para mí, yo venía acostumbrada a estar siempre acompañada el domingo, así no hiciera mucho, pero acompañada al fin y al cabo; y es que como pocas me jactaba de tener dos familias, ahora sólo tengo una que es la de verdad, pero bueno en ese momento tenía dos, así que tenía planes para escoger, pero luego llegué aquí y ohh sorpresa, todo fue soledad.

Mi adicción dominguera al skype no era sana, empezaba con la charla de rutina con el susodicho, luego él hablaba con su familia, luego yo hablaba con su familia y después de eso, me quedaba hablando por horas y horas con mi mamá, mi hermana y mi abuelita, no era normal, yo me sentía acompañada, pero el drama llegaba cuando debíamos colgar, mar de lágrimas ahora que haré y siempre al final había que buscar a quién llamar para que el alma se me calmara porque sabía que iba a estar acompañada.

Las cosas han cambiado mucho y es que he descubierto un maravilloso gusto por mis domingos peliculeros tirada en la cama sin más preocupaciones que descansar, bueno no todos los domingos son tan maravillosos, hay uno cuantos en los que el cuerpo se me muere a pedacitos como respuesta a la fiesta del día anterior que generalmente termina en la mañana del domingo y en la que sólo me recupero en la noche.

Sea como sea, domingo tranquilos, o domingos borrachos, ya sobrevivo a ellos como toda una campeona, es más a veces se me olvida como los aborrecía, y lo mejor de todo es que ya no me hacen llorar.

Un Príncipe Nuevo

Frases de Querias un Principe?
Y hablando con ella que es como mi conciencia, recordamos tiempos pasados y nos sorprendimos con las vueltas que da la vida y los raros eventos que hay en ella, analizamos como nos quita gente del camino y nos pone otra en él. Pero ahora yo me sorprendo porque muchos que se habían ido, han decidido regresar y yo le preguntaba a ella, a mi conciencia, porque lo hacían y desde su sabiduría me decía que quizás era porque alguno de ellos era el indicado.

Pero yo no quiero que ninguno de ellos sea el indicado, yo quiero un príncipe nuevo, que no me juzgue, que no se acuerde de mí, que nunca me vaya a reprochar lo que antes fuí, porque realmente siento que ahora soy otra, porque este tiempo y esta vida me cambiaron por completo. Porque quiero conocerlo, sorprenderme con él, con las cosas buenas y malas que tenga, aprender a amarlo tal cual es, y que el me ame a mí, tal cual soy, y quiero con él cambiar las costumbres, hacer cosas nuevas, pero sobretodo, no cometer el mismo error de ayer, de cambiar a su antojo, sino que él me complemente, que le guste como soy, que a mi me deleite como es él.

Porque definitivamente aquí todo fue cambio, fue escribir un nuevo capítulo, reconstruir una vida y si he de hacerlo, quiero que sea en todas las dimensiones. Queridos viejos príncipes, gracias por sus amores, pero de verdad que no quiero volver a intentarlo, si no funcionó es por algo; aunque no niego que ustedes también pudieron haber cambiado, así que si de verdad quieren otra oportunidad, háganme olvidarlos, reinventense, porque yo quiero que de ahora en adelante TODO SEA NUEVO!

Mi Coffee Boy!


Se atrevió a hablarme justo en el momento en que a mi parecer no podía verme menos sexy, incluso lucia estúpida, porque trataba de hacer sonreír a una amiga que estaba triste, claro obviamente con muecas, brincos y payasadas y a él eso le pareció graciosisimo, no recuerdo bien que dijo, pero yo simplemente quede flechada con él; desde ese momento empecé a destinar un presupuesto mayor a mis cafés del día sólo para verlo, para hablarle, incluso cuando ese café me costaba tranquilamente cinco veces más que el habitual,  pero a mí no me importaba, me parecía un precio justo por acercarme a mi coffee boy.

Y toca decirle coffee boy porque mi temor era tal que jamás logré preguntarle su nombre, que fácil habría sido decirle: "Hola cómo te llamas?" -Y el me respondería : "Mucho gusto príncipe encantado, y tú, cómo te llamas?" - Y yo le habría dicho: "Yo soy Ana y estoy enamorada de tí" ... Pero no! Nada de eso ocurrió, porque mi neurona ahuevada se congelaba, me paralizaba y sólo podía sonreír o bajarle la mirada, por Dios, yo, sí yo, la más habladora de todas me quedaba sin palabras, incluso un día que me invitó a un lugar le dije que lo iba a pensar, por Dios pensar!!!

El siguió sonriendo, pero no hacía más, yo seguí visitándolo, gastándome lo que no tenia en cafés carísimos o en granizados en el frío sólo para que me sonriera, pero tampoco hice más, y aún con mi amor declarado, a todos mis amigos de aquí, de Colombia y de todas partes que me incitaban a hablarle al coffee boy, nunca pude...Ahora el coffee boy se ha ido, desapareció, no se que ocurrió, pero ya no volvió nunca a mirarme sonriente y aunque mi bolsillo está feliz por el notable ahorro que tenemos en cafés, yo sólo pienso que habría pasado si me hubiera atrevido a invitarlo a salir...Pero por lo menos me dejo una enseñanza, y es que a la neurona ahuevada hay que erradicarla de mi cabeza!

Mi cama, dormir sola, y su corazón.

Su pecho era perfectamente diseñado para mí, era como si, no sé si por tanto tiempo a su lado o porque yo le encajaba perfecta, cuando ponía mi cabeza en él, todo era comodidad, protección, pero sobre todo vida. Él nunca lo supo, pero lo que más disfrutaba de este acto cotidiano y mecánico, era escuchar su corazón, tan sereno tan tranquilo y sobre todo me encantaba pensar en mi romanticismo, que ese corazón latía por mí; su corazón me contaba historias, me avisaba cuando algo interesante estaba por pasar o cuando en sus sueños pasaba, por el ritmo acelerado que nos sacaba de la pasividad, a mi sueño y a su mente.

Ya no tengo ese corazón, ni ese pecho cómodo, ni esa cama, ni ese calor, ni esas noches acompañada; cuando llegue a este lugar empecé durmiendo en una cama pequeñita, cabía yo con exactitud, pero para mí había un espacio enorme, después pasé a una cama doble y en esta si me ha golpeado la soledad, cuantas veces mire al lado buscando lo que sé que ya no tengo, preguntándome por que ya no está, cuanto desorden permití que se acumulara a ese lado de la cama, cuanto ame a mi computador y a mi celular por ocupar ese espacio.

Pero la experiencia me permitió entender que no buscaba un relleno, no buscaba compañía, no buscaba calor, porque lo tuve, pero no me pareció suficiente, incluso me incomodó en muchas ocasiones que me quisieran abrazar y dando la espalda sólo pensaba que insignificante me parecía esa compañía, que poco interesada estaba en escuchar ese corazón, que sola me sentía y cuanto quería estar en mi cama con mi espacio.

Ya no me molesta mi otro lado vacío, mi novio que no es novio creo lo que el denominó "un cojín de diseñador" que hace sus veces de novio, y al que abrazo cuando me siento un poco sola; a estas alturas yo sólo creo que mi otro lado de la cama, sólo merece ser llenado por alguien increíblemente extraordinario, por el que me muera por escuchar su corazón.

Martica...Mejor Marta

Es increíble que haya tenido que venir a Perú a conocer a la Colombiana más fastidiosa del planeta tierra, pero sí señores aquí la conocí y para colmo de males vive conmigo, a veces siento que le doy más importancia de la debida, nunca debería pensar en ella, ni hablar de ella, ni nada...Pero ahí está me toca verla en las mañanas y preguntarme porque Dios traería a alguien así al mundo y tener siempre pena porque no me gusta que la gente vaya a pensar que todos los colombianos somos así.

Para evitar entonces que nos encasillen en lo mismo yo me encargo de ser maravillosa como soy, y sonreír y ser chévere con la gente y tratar de darles alegrías y sonrisas y principalmente buenos recuerdos y bueno así poco a poco trato de hacer de este mundo un lugar mejor, pero principalmente busco que la gente no crea que todas somos como Martica (como las tías regañonas).

El novio que no es novio

Y es que es mi novio, pero jugando, porque sé que no lo es, pero a los dos nos gusta jugar a que lo somos. Y soy tan feliz, porque siento que es una fortuna haberlo conocido, porque amé poder dormir con él con la tranquilidad de que nada me iba a pasar y vernos películas romanticonas o raras o sexuales o de lo que fuera, y reírnos hasta tarde y escucharle sus historias que siempre me parecían fascinantes así ya me las hubiera contado, pero es que tiene una chispa, entonces con él todo es divertido.

Y lo amo principalmente por que no me juzga, porque le cuento todo y él solo tiene chistes para las desgracias, para los errores, porque ve la vida tan fácil, y me hace envidiarlo, yo quiero vivir como él.

Pero por lo que más lo amo es porque estos días que me hace tanta falta, porque ya está lejos, de la nada me sorprende con te amos en medio de la noche o del tedio de mis clases y cuando escucho el sonidito de ese chat inmediatamente sonrío y me hace feliz, porque simplemente sé, que no me equivoque al darle mi corazón...Y definitivamente no es mi príncipe azul, pero siempre llega en un corcel blanco y me alegra la vida.