
Después de 11 meses en este lugar puedo decir con tranquilidad, DOMINGO YA NO ME ASUSTAS, y es que al principio los malditos domingos eran lo peor para mí, yo venía acostumbrada a estar siempre acompañada el domingo, así no hiciera mucho, pero acompañada al fin y al cabo; y es que como pocas me jactaba de tener dos familias, ahora sólo tengo una que es la de verdad, pero bueno en ese momento tenía dos, así que tenía planes para escoger, pero luego llegué aquí y ohh sorpresa, todo fue soledad.
Mi adicción dominguera al skype no era sana, empezaba con la charla de rutina con el susodicho, luego él hablaba con su familia, luego yo hablaba con su familia y después de eso, me quedaba hablando por horas y horas con mi mamá, mi hermana y mi abuelita, no era normal, yo me sentía acompañada, pero el drama llegaba cuando debíamos colgar, mar de lágrimas ahora que haré y siempre al final había que buscar a quién llamar para que el alma se me calmara porque sabía que iba a estar acompañada.
Las cosas han cambiado mucho y es que he descubierto un maravilloso gusto por mis domingos peliculeros tirada en la cama sin más preocupaciones que descansar, bueno no todos los domingos son tan maravillosos, hay uno cuantos en los que el cuerpo se me muere a pedacitos como respuesta a la fiesta del día anterior que generalmente termina en la mañana del domingo y en la que sólo me recupero en la noche.
Sea como sea, domingo tranquilos, o domingos borrachos, ya sobrevivo a ellos como toda una campeona, es más a veces se me olvida como los aborrecía, y lo mejor de todo es que ya no me hacen llorar.
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